¿Alguien puede notar la diferencia entre realidad y
ficción en Internet? En medio del floreciente negocio del estrellato de los
influencers de belleza, el contenido falso se ha convertido en una práctica aceptada.
El modelo publicitario ha cambiado
No es ningún secreto que la industria de la belleza
depende del poder de venta de los influencers.
Pero cada vez más, los creadores de contenido que
publican campañas masivas de relaciones públicas y recomendaciones de productos
sospechosamente exuberantes molestan a las audiencias.
Esto se debe a que, a diferencia de un comercial de
televisión o una valla publicitaria, puede ser difícil diferenciar entre
publicidad paga y apreciación genuina.
Con este giro, se ha creado una nueva tendencia y a su
vez retadora, como lo es la desinfluencia.
¿Qué es la desinfluencia?
TikTok es una caja de sorpresas, unas buenas y otras
no tanto y de eso se trata esta tendencia de eliminación de los influencers de
belleza.
Hasta el momento, el
hashtag #deinfluencing tiene más 389,3 millones de visitas en la red social.
Allí verás a creadores de contenido de belleza que
descubren la verdad sobre esos humectantes y sueros supuestamente “revolucionarios”
y correctores “mágicos”.
En lugar de promocionar productos innovadores e
imprescindibles, se trata de compartir lo que no se debe comprar.
Incluidos muchos artículos de belleza que se han
vuelto virales en TikTok. Al rechazar la norma de larga data del consumo
excesivo glamoroso.
¿Son los influencers de belleza deshonestos?
Eliminar la influencia está marcando el comienzo de un
nuevo capítulo de marketing.
Las reseñas y el contenido generados por los usuarios
ahora se prefieren a los anuncios refinados o a las personas influyentes de
renombre.
Actualmente se buscan recomendaciones genuinas de
otros usuarios, revisores o creadores auténticos.
Hay poder en la cobertura veraz en comparación con los
grandes presupuestos publicitarios.
Algo que hay que tener en cuenta es que con la llegada
de los influencers de belleza, los criterios de exigencia del consumidor bajó y
solo
se basaba en la opinión de ellos.
Pero con esta nueva ola de desinfluencia, se está
creando conciencia que hay que tomar mejores decisiones al comprar un
determinado producto, lo cual es algo positivo.
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