Con cada año que pasa, la crisis climática se vuelve
cada vez más nítida; Y no importa cuán pequeños puedan ser frente a los
desafíos que enfrentamos como sociedad, nuestras elecciones individuales sí
importan como es el caso de una rutina de belleza más sostenible.
Y para nosotros la sostenibilidad en la belleza
significa que el trabajo que hacemos ahora, los recursos que extraemos, las
cosas que hacemos, no comprometen la capacidad de las personas para hacer lo
mismo en el futuro.
Usa lo que tienes
A menudo hay este ímpetu en cualquier cosa nueva que
emprende la gente, pero especialmente en la vida sostenible, hay que hacerlo
bien, y para ello tienes que deshacerte de tu vida, todas las cosas viejas,
malas y envueltas en plástico y salir y comprar todo nuevas cosas ecológicas.
Eso simplemente no es cierto; de hecho, es
peor. Siempre animo a las personas a trabajar con lo que tienen.
En pocas palabras, el primer paso para hacer que tu
rutina de belleza sea más ecológica es: Usa
todo lo que tienes antes compra un reemplazo.
Si hay algo de lo que no puedes hacer uso, quieres
darle una segunda vida circular. La forma en que descargamos los artículos
al final de su utilidad para nosotros es tan importante como cómo y qué
adquirimos nuevos.
Y si por casualidad, no puedes usar lo que tienes, lo puedes donar o regalar a algún familiar.
El éxito de una rutina de belleza más sostenible es comprar con ética
Al navegar por el mercado sobresaturado de belleza y
cuidado personal, el empaque debe ser su primera área de enfoque.
Lo que debe buscar es algo que tenga un empaque fácilmente reciclable,
rellenable o reutilizable.
En cuanto a las alternativas plásticas, busca
materiales más sostenibles y fácilmente reciclables, como el aluminio, el bambú y el vidrio, ese es
un gran paso en la rutina de belleza más sostenible.
Reducir el consumo siempre que sea posible
Para poner en perspectiva el desperdicio y el consumo
de productos de belleza, pregúntate: ¿Cuándo fue la última vez que usaste un
lápiz labial?
Lo mejor que cualquiera puede hacer es usar lo que
tiene antes de comprar cualquier otra cosa, sea un artículo ecológico o
no.
Y luego sé realmente reflexivo acerca de cómo su
reemplazo, para ese artículo, puede ser más sostenible.
Otra forma fructífera de consumir conscientemente es
optar por productos de doble función.
RECUERDA: ¡Menos es más!
Siempre trata de buscar productos que se puedan usar
para más de un propósito, como un rubor que también se puede usar en los
labios, por citar un ejemplo.
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