Hay muchas maneras de personalizar tu experiencia de
manicura en el salón de belleza; Una uña decorativa puede darles vida
a tus manos, pero otra opción: Omitir remojar las uñas con agua tibia y
realizarte una manicura sin agua.
Claro, este paso es relajante, pero en realidad puede
hacer que una manicure hecha con esmalte de uñas normal se astille antes de lo
esperado.
¿Qué es una manicura sin agua?
El proceso suele ser el mismo que el de una estándar:
se desinfectan las manos, se liman y pulen las uñas y se cuidan las
cutículas.
Luego, las uñas se pintan con una capa base, dos capas
de color y una capa superior. El técnico finalizará el servicio aplicando aceite para cutículas y loción
para manos.
¿Cuáles son los beneficios?
El agua expande la superficie de la uña porque ella es
porosa como una esponja y, de hecho, tarda una hora completa en secarse.
Básicamente estás puliendo una uña húmeda y una vez
que se contrae de nuevo a su forma natural, el esmalte no puede volver a
contraerse porque está seco, y es por eso que se astilla.
Además de una manicura duradera, ir sin agua al salón
también tiene beneficios
para la salud.
El agua es un caldo de cultivo para los gérmenes, y
las bacterias pueden permanecer en el recipiente incluso después de lavar el
envase donde remojas los dedos.
¿Las manicuras sin agua duran más que las regulares?
La respuesta corta es sí. Esta alternativa, dura
más que los procedimientos normales de manicura/pedicura, ya que evitan
que se agrieten las uñas.
Tus cutículas absorben agua y, por lo tanto, se pelan
más rápido, ya que son susceptibles de agrietarse, lo que hace que el esmalte
de uñas se astille más rápido.
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