Para lograr un buen maquillaje, debes saber aplicar de forma correcta las diversas técnicas de aplicación de productos. Además de ciertos términos que nos pueden ayudar en el resultado final de esta labor, uno de estos conceptos es la colorimetría.
¿Qué es la colorimetría?
Esta es la ciencia de la medición del color. Implica la sustitución de respuestas subjetivas, como por ejemplo: Azul claro, púrpura oscuro intenso, oro brillante, con un sistema numérico objetivo.
La colorimetría le va a dar una identidad específica al color, a través de su sistema de medición se puede escoger o localizar una determinada tonalidad.
Un ejemplo muy conocido de este sistema es Pantone, esta compañía utiliza un método de identificación de colores a través de códigos que le aportan identidad al color.
¿Cómo influye este sistema en el maquillaje?
Cuando nos maquillamos, empleamos una serie de productos que en su mayoría deben tener una armonía entre ellos, para lograr esta combinación debemos conocer cuáles de ellos quedarían bien entre sí.
Esta es una habilidad que se va adquiriendo con la práctica, pero también debemos tener en cuenta los conocimientos teóricos que nos ayudarán en el proceso del makeup, entre los que podemos mencionar el círculo cromático.
A través de él, podremos saber dónde se encuentran los colores y sus escalas, además de sus variaciones, también se divisan los colores primarios y todas las combinaciones posibles para trabajar.
Y al manejar los códigos de tonalidades, podemos emplear estos valores en las diversas combinaciones que deseamos efectuar al momento de realizar un maquillaje.
Tonalidades básicas
Algo que debemos tener presente al momento de trabajar con color, son las diferentes tonalidades, entre las que se encuentran:
Las primarias: Rojo, amarillo y azul. Estos colores conforman todos los otros colores en el espectro.
Las secundarios: Los colores que se obtienen al mezclar los colores primarios: Amarillo + azul = verdoso + azul = violeta amarillo + rojo = naranja.
El terciario: Estos son los colores a cada lado de los colores secundarios. Por ejemplo, rojo-violeta o azul-violeta, que se obtiene al agregar un poco más del color primario más cercano.
Estos tres grupos serán el punto de partida al momento de realizar cualquier combinación en el maquillaje.




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