Ya sea que seas una chica líquida, en crema o en
polvo, encontrar una gran base no es el final de la ecuación, la herramienta
para su aplicación, en ocasiones, suele ser una labor difícil, conseguir una
brocha para la base, es una tarea de cuidado.
Desde las cerdas pulidoras hasta la clásica beauty
blender de culto, el tipo de brocha para la base que usas cambia por completo
el acabado que obtienes, e incluso puede hacer que tu base parezca un
tipo de producto completamente diferente.
¿Cómo elijo una brocha para la base?
Para una
apariencia de cobertura completa, querrás probar una brocha kabuki firme. Pero
si deseas un acabado translúcido, opta por un pincel punteado
ligero.
Si deseas
cubrir todos los rincones del rostro, aunque algunos de ellos sean difíciles de
alcanzar, necesitarás algo inclinado o con forma ergonómica para llegar a todos
los rincones y grietas de su tez.
¿Por qué se debe usar una en especial?
La brocha
para la base puede ayudar a que tu fórmula se mantenga más suave y permanezca
más tiempo.
Las
mejores brochas para base crean un lienzo sin “costuras” que se puede adherir a tu piel o
a este producto.
Y no hay
dos brochas de base iguales, cada una diseñada para cumplir un propósito
específico.
La elección de las fibras de tu brocha para la base queda a tu elección
El mercado ofrece una variedad, desde
las cerdas sintéticas, naturales o doble fibra. Todo
va a depender del acabado que busques.
IMPORTANTE:
Si optas por una brocha de dos fibras, debes pensar
en difuminar suavemente el maquillaje, no
en doblar las cerdas.
Además, si presionas demasiado, las cerdas más largas
se extenderán y dejarán marcas en su maquillaje, así que usa una ligera
presión con un movimiento circular para pulir el producto en la piel.
Ellas, tienen la ventaja de ser multitarea con sus
fibras especiales de doble punta, porque se pueden usar para mezclar rubor,
base, iluminadores o contornos, sin importar que sean en polvo o en crema.
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