Esta semana en la categoría de salud y deporte tocaremos nuevamente el tema alimenticio, pero hablaremos de término, que pocas personas conocen, se trata de “la tumba metabólica”, y es una forma bastante sutil de hablar de un metabolismo dañado.
¿Qué es la tumba metabólica?
Más que explicar qué es, es necesario explicar a qué se refieren aquellas personas que se refieren a él.
Sabemos que para perder grasa hay que generar un déficit calórico, ¿verdad? Pues bien, la tumba metabólica sería un estado o condición que nos impediría perder grasa aun estando en déficit calórico.
Esto suele explicarse por seguir dietas extremadamente restrictivas, especialmente si se siguen durante mucho tiempo.
¿Es medible este estado?
Realmente no. No existe ningún mecanismo o condición fisiológica que dé solidez a este concepto. De hecho, no existe un consenso médico al respecto.
Sin embargo, es cierto que cuando sufrimos un déficit calórico nuestro cuerpo produce ciertas adaptaciones para intentar amortiguar el impacto.
Algunos son claramente evidentes como el hambre, pero otros no, como el hecho de que cada vez tendemos a movernos menos, dormir más o incluso puede disminuir la frecuencia de nuestros tics nerviosos.
Este tipo de adaptaciones son muy tranquilas y muchas veces solo implican dormir media hora más de lo habitual, incluso siestas que antes no hacíamos, o pasar más tiempo sentado o recostado.
¿Se cae en la tumba metabólica después de seguir una dieta muy restrictiva?
Ya hemos comentado que la tumba metabólica como tal no existe y que, en el peor de los casos, mientras quede grasa o músculo que perder, el cuerpo hará uso de ellos.
Obviamente es un caso extremo, NO ESTAMOS TRATANDO DE MOTIVAR A NADIE A ACERCARSE A UN ESTADO DE INANICIÓN.
En cuanto a si sufres algún tipo de daño por seguir una dieta muy restrictiva, no, tu metabolismo no está dañado.
Sí, es cierto que existe una gran predisposición a volver a engordar, sobre todo porque el organismo detecta que los adipocitos están vacíos o casi vacíos.
En personas que anteriormente tenían sobrepeso u obesidad, este efecto es más notorio.
Esto podría explicar un efecto rebote, pero no, no te adelantes. Los kilos que se suelen ganar tras una dieta restrictiva dependen más de factores conductuales que fisiológicos.
En otras palabras, las personas después de un período de severa restricción calórica vuelven a sus viejas costumbres, comiendo nuevamente más allá de sus posibilidades.
¿Cuál sería la solución?
No dejes de entrenar, sé activo y no hagas dietas demasiado restrictivas. Con estos ingredientes tendrás éxito a largo plazo.





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